Wednesday, June 30, 2010

Dinkes & Schwitzer en celebraciones Mexico-Francia



Damaso Gonzalez

Batalla de Puebla en Nueva York

Nueva York – Para unos fue un partido de primera, para otros, la edición 2010 de la Batalla de Puebla, en donde once jugadores se impusieron a la poderosa Francia.

La cita fue en Manhattan, en el restaurante El Tequilazo, en donde decenas de mexicanos se dieron cita para apoyar a su equipo, pese a los pronósticos en contra.

“Tengo mucha fe en los mexicanos, quiero a mi equipo, pero objetivamente vamos a perder frente a Francia”, decía Joel Hernández, antes de que comenzara el partido.

Para otros, sin embargo, la visión era otra. “Tenemos a gente capaz, jugadores que saben jugar con europeos y creo que podemos dar la batalla”, dijo Pedro Ramírez, originario de Puebla.

Los primeros 45 minutos fueron de calentamiento. La pelota brincaba de un lado a otro. Así mismo sucedía en la barra del restaurante mexicano, en donde las cervezas se movían de una esquina a otra para terminar en el travesaño gástrico.

Los gritos y los ya merito se mezclaron con pitazos y mentadas de madre. “Pinche Guardado, no sabes hacer nada”, gritaba un comensal que había convertido su asiento en una bitaca de estadio.

Los gritos de Viva México!y Si se puede! se hicieron sentir a lo largo de los dos pisos del restaurante, que ya para ese entonces se encontraba a su máxima capacidad.

El segundo tiempo fue otra historia. Los mexicanos olían el gol y pensaban que sólo era cuestión de tiempo para que México hiciera su primer tanto. Fue en el minuto 12 cuando todos aplaudieron el ingreso de Cuauhtémoc Blanco a la cancha “Ahora si, mi abuelito va a arreglar a los chamacos y vamos a anotar”, gritaban.

Y como si las palabras del mexicano fueran predicciones, llegó el primer tanto. El restaurante se convirtió en un maniconmio.

“Vamos México, si pudimos sacar a estos franceses de México, que no lo hagamos en este mundial”, gritaba Araceli Hernández.

El segundo gol fue sin duda alguna el último clavo en la cruz. “Pinches franceses, se les apestó”. En tanto que los gritos de Ole! Se mezclaban con las entonaciones al himno nacional

Ya para el final, la ronda de cervezas y el baile complementaron el triunfo de México.

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